Pau Casals se vio forzado a exiliarse en el sur de Francia tras la Guerra Civil Española y se dedicó a ayudar a miles de compatriotas hacinados en los campos de trabajo cercanos. En 1943, bajo la ocupación nazi, el genio de la música recibió una inquietante invitación
para tocar ante el Führer. Casals sabía que negarse a hacerlo podría acarrearle terribles consecuencias.
Estos dramáticos hechos son los que han inspirado a los autores a escribir Música para Hitler, un texto emocionante que recrea la personalidad de uno de los mayores artistas del siglo XX. A partir de aquí la imaginación es libre y empieza el teatro. Los autores se detienen en el fotograma preciso de la película de la historia; lo analizan y nos hacen pensar en todos los detalles que enriquecen el momento.
El conflicto interior del personaje de Johann, un violoncelista en la vida civil convertido en soldado por el reclutamiento bélico que se debate entre su veneración por Casals y su deber como soldado bien podría ser ficticio..., pero aquí reside la grandeza del teatro.