Todo cuanto existe es susceptible de ser transformado en obra para Cristina Ataíde (Viseu, Portugal, 1951).
Para el proyecto desarrollado para el CAB, Ataíde ha creado dos paisajes aéreos, suspendidos y monumentales que ocupan casi en totalidad el espacio. Construidos in situ, transforman el espacio expositivo en un lugar entre fascinante y misterioso. Mitad pintura, mitad escultura, mitad experiencia y azar, seducen por su belleza y fragilidad, por su contundencia física y a la vez por su evidencia liviana.